Cuidar de un padre o madre o de un familiar aquejado de una enfermedad que le genera dependencia requiere de un trabajo continuo provocando un desgaste no solo físico sino también en la esfera emocional sobre el cuidador o cuidadores.
Señales de advertencia de que algo no anda bien:
🔸Problemas de conciliación de sueño.
🔸Pérdida de energía o fatiga crónica.
🔸Aislamiento de familiares y amigos.
🔸Abusar de medicación como calmantes o analgésicos…
🔸Palpitaciones, ataques de ansiedad…
🔸Pérdidas de memoria cada vez más frecuentes .
🔸Cambios en las ganas de comer.
🔸Cambios de humor, enfados o ganas de llorar…
🔸Dificultad para ver que no estamos bien.
¿Cómo me puedo cuidar?
1️⃣ Es básico que la persona cuidadora tenga un sueño reparador para recuperar energías, para evitar accidentes y para estar menos irritables.
2️⃣Evita distanciarte de los que están a tu alrededor, sigue manteniendo tus hábitos de antes, en la medida que puedas. Dedica una noche a cenar fuera o tomar un café con amigos.
3️⃣Encuentra momentos para tu propio descanso físico y mental.
Es vital que te establezcas momentos de descanso, sin que por ello, sea necesario irte de casa o dejar solo al familiar. Puede ser una buena idea escuchar música, leer, bailar...
Si sientes estos síntomas como algo familiar, nuestro psicólogo @javiclementepsicologo puede ayudarte.
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